Entre las cosas concretas que se saben del acuerdo que negocia el Fondo Monetario Internacional (FMI) y El Salvador desde marzo de 2021, es que el país deberá hacer un ajuste fiscal de 3.5% del PIB en tres años. Esto implicaría desde $396 millones al año tomando como base el PIB de 2023, hasta unos $416 millones al año si se toma en cuenta la proyección del Ministerio de Hacienda del PIB para este año. Según el documento, ese ajuste se va a lograr “mediante un conjunto equilibrado de medidas, con un enfoque inicial en la racionalización de la masa salarial pública, al tiempo que se crea margen para un gasto social y de infraestructura crucial”. “Esas medidas son las que aún se desconocen”, según explicó el economista Carlos Acevedo y agrega que lograrlo “no es difícil”. “Pero este ha sido el monto del que se ha venido hablando, lo que no ha habido acuerdo son en las medidas para conseguirlo. Me parece mínimo”, señaló. Las “medidas” podrían darse vía de recortes de gastos o aumento de impuestos. “Por el lado fiscal, el comunicado señala un acuerdo preliminar para una consolidación del 3.5% del PIB en 3 años, en consonancia con la advertencia/promesa de (Nayib) Bukele de ‘medicina amarga’ posterior a la reelección, reza el análisis de Grupo Emfi publicado este jueves. Esa “medicina amarga” suena para muchos en un alza de impuestos, ante ello algunos economistas han desaconsejado anteriormente, un aumento en el IVA y ponen en la mesa nuevamente aspectos como el impuesto a las propiedades o predial, igualmente ver algunas exenciones tributarias se pueden reducir. Rommel Rodríguez, economista de FUNDE, considera que el gobierno y el FMI, al parecer, ya tienen claras las medidas que se implementarán, y que estas deberían hacerse públicas. Por el momento, solo se tiene conocimiento que serán por el lado salarial, y que tendrán un impacto en empleo y en la demanda agregada de la economía.
Por: eleconomista.net 09.08.24