La primera ministra Mia Mottley advirtió que los países de ingresos medios como Barbados corren el riesgo de “volver a convertirse en países pobres” si no se produce un aumento urgente de los derechos especiales de giro (DEG) para ayudar a las naciones vulnerables a capear la crisis climática.
Al hablar en un foro sobre clima, desarrollo e instituciones financieras internacionales en el Centro de Políticas de Desarrollo Global en Estados Unidos el martes, Mottley reforzó los pedidos de nueva emisión de DEG, equivalentes a una fracción de oro igual a un dólar estadounidense.
“Y si no nos escuchan cuando decimos que es necesario proteger a las economías vulnerables de los impactos, los países de ingresos medios volverán a ser países pobres. Ya hemos establecido que en los países de ingresos medios viven personas pobres”, afirmó.
Mottley explicó que, hasta ahora, los mecanismos de protección existentes habían mantenido a raya la pobreza en algunos países. Sin embargo, advirtió que, a menos que esas economías fueran “a prueba de golpes”, las personas que viven en países de ingresos medios caerían en la pobreza.
Gran parte de esto, sugirió la primera ministra, depende de cómo responda el FMI, señalando la estructura de la organización, donde se requiere la aprobación del 85 por ciento para iniciar el cambio. Mottley enfatizó que, dado que Estados Unidos tiene el 17 por ciento del poder de voto, su posición sobre la emisión de DEG es fundamental. “Entonces, ¿habrá una nueva emisión de DEG como hemos pedido en Bridgetown? La necesitamos. Si habrá una o no, mucho se determinará por la próxima elección aquí”, agregó, subrayando la urgencia de la solicitud.
Mottley sostuvo que los DEG son necesarios para algo más que la acción climática, y destacó la conexión inseparable entre las personas y el planeta. Señaló que la pandemia de COVID-19 había retrasado tres años la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y que ahora sería más difícil alcanzar las metas de 2030.
Sin embargo, pidió replantear lo que es posible y ampliar el marco temporal más allá de 2030.
“Cuando pedimos estos nuevos DEG, deben destinarse a los bancos multilaterales de desarrollo, para que puedan ampliarse y ayudar a centrarse no sólo en el planeta, sino también en las personas”, dijo.
El líder barbadense destacó la urgencia de abordar la pobreza, señalando que ésta se ha visto exacerbada por el cambio climático, la guerra, el crimen y una serie de otros factores, pero que la pobreza subyacente nunca se ha abordado verdaderamente.
Elogió al Banco Mundial por comprometerse a proporcionar electricidad a 300 millones de los 600 millones de personas en África que aún carecen de ella, pero preguntó: “¿Quién se hará cargo de los otros 300 millones?”.
Mottley advirtió contra un enfoque lento y secuencial para la resolución de problemas, particularmente considerando la población joven y cada vez más impaciente de África.
“Los jóvenes son naturalmente impacientes y no tendrán el temperamento para comprender o escuchar por qué se les está privando de aquello a lo que otros jóvenes en el mundo tienen acceso, debido al acceso a la educación, debido al acceso a la electricidad”, dijo.
Mottley propuso que las grandes empresas tecnológicas sean parte de la solución para reducir la pobreza a través de la educación, y sugirió que podrían ayudar a proporcionar tabletas asequibles. “Si un país no tiene suficientes profesores o materiales, ¿podemos proporcionar las tabletas? ¿Podemos proporcionarlas a un costo asequible? ¿Una tableta resistente por menos de 50 dólares estadounidenses (100 dólares de Barbados)?”, preguntó Mottley.
Subrayó que tales innovaciones son posibles y señaló: “Un mundo que pueda enviar un hombre a la luna; un mundo que pueda solucionar el problema de la calvicie en los hombres; ¿quieres decir que no puedes solucionar el problema del precio de una tableta asequible para darles a los niños la oportunidad de adquirir conocimientos?”
Por: Emmanuel Joseph. Barbados Today. 24.10.24.