Impulsadas por la creciente presión de Estados Unidos para impedir el paso de millones de personas vulnerables que se dirigen hacia el norte, pero sin los fondos para deportarlas, las autoridades mexicanas emplean una táctica tan simple como dura: desgastar a los migrantes hasta que desistan.
Esto significa que los migrantes permanecen en un limbo mientras son detenidos por las autoridades en distintos puntos del país y los dejan a su suerte en las ciudades de Villahermosa y Tapachula, en el sur de México. Algunos han sido enviados de regreso hasta en seis ocasiones.
Para mas información de la noticia, redirección por Los Angeles Times