Competencia Perfecta: Desfinanciación y vaciamiento de las políticas públicas

El economista José Luis Arce analiza cómo se reducen los presupuestos de los programas gubernamentales más importantes para el bienestar y la equidad presente y futura

Insostenibilidad presupuestaria y polarización política es una mezcla terriblemente peligrosa para las políticas públicas necesarias para enfrentar –con éxito– los diversos y complejos retos que tiene en frente la democracia costarricense.

Secularmente las políticas públicas costarricenses han enfrentado las dificultades que representa, para una sociedad, soñar en grande y proponerse ambiciosas metas en materia de desarrollo económico y social sin definir apropiada y, sobre todo, con franqueza y realismo, cómo éstas deben ser financiadas de manera sostenible.

De esta forma durante décadas, la sociedad costarricense fue capaz de imaginar futuros compartidos con mejoras en términos de riqueza y equidad para los que se requerían políticas públicas ambiciosas que –sin idealizaciones excesivas– puede reconocerse resultaron exitosas y condujeron a resultados que, en el contexto regional –y sin chovinismo– contribuyeron a construir cierta excepcionalidad en el patrón de desarrollo económico y sobre todo social y político costarricense.

Pero, por desgracia, algunos errores y descuidos se cometieron en medio de esos indudables éxitos: la financiación de estas políticas nunca fue planteada con responsabilidad y equidad de manera que los presupuestos se tornaron deficitarios y el endeudamiento insostenible, los programas y las intervenciones gubernamentales se durmieron en sus laureles y no supieron reaccionar a los inevitables cambios sociales y económicos y, además, las instituciones públicas y su quehacer terminó, en no pocas ocasiones, capturado ilegítimamente por intereses específicos que, con sus accionar, terminaron de profundizar los problemas y conducir finalmente a una crisis no sólo financiera sino sobre todo de credibilidad y confianza en la promesa democrática.

Por: José Luis Arce. NACION. 23.08.24.